Publicado el 23 de junio, 2010, por Patrick Fine, Vice-Presidente de Implementación de Convenios de la Corporación del Desafío del Milenio (MCC) del Gobierno de los Estados Unidos de América. A inicios de este mes pasé tres días en Honduras, para obtener información de primera mano sobre las inversiones. El programa financiado por MCC finalizará en septiembre, así que muchas de las actividades están casi concluidas. De hecho, Honduras será el primer país que completará los cinco años del Convenio con MCC. Estoy impresionado por lo que vi, tanto en términos del impacto de desarrollo, como en la forma en que el programa ha sido administrado para lograr una exitosa culminación. El Programa ha comprendido dos componentes principales: (1) un Proyecto de Transporte que ha ampliado y re-pavimentado 105 kilómetros de la principal carretera en el país; ha pavimentado 64 kilómetros de carreteras secundarias y, mejorado cerca de 500 kilómetros de caminos rurales; y (2) un Proyecto de Desarrollo Rural que incluye un programa de entrenamiento, cuyo objetivo es lograr que pequeños productores usuarios de métodos tradicionales, tengan una actividad comercial mayor, a través de la comercialización de cultivos hortícolas de alto valor. |  “Me reuní con productores que gracias al Programa de entrenamiento de MCA-Honduras, están ahora cosechando cultivos hortícolas de alto valor, tal como berenjena y chiles morrón”. |
Personalmente me agradó ver la conexión directa entre las inversiones del Convenio y el incremento en el ingreso. El Programa trabaja con aproximadamente 7,400 productores que originalmente ganaban entre 350 y 400 dólares por hectárea, sembrando maíz y frijoles con métodos tradicionales. Actualmente, cultivando vegetales con métodos modernos que incluyen el riego por goteo, 6,000 de esos productores están ahora ganando al menos US$ 2,000 y, en promedio, US$ 4,000 por hectárea por año. Lo anterior implica no únicamente un claro y notable impulso al ingreso de los participantes del Programa, sino que ellos, a su vez, han creado nuevos empleos en sus comunidades, mayoritariamente de medio tiempo.
Muchos de los participantes han utilizado el incremento en sus ingresos para mejorar sus fincas y hogares, así como para comprar motocicletas o carros y, en algunos casos, camiones para transportar su producto. Los signos de prosperidad fueron visibles en las comunidades que visité. Los proyectos de Transporte y Desarrollo Rural están claramente ligados entre sí. Para facilitar el traslado de los productos al mercado, los caminos están siendo mejorados en áreas productivas donde muchos de los productores están también recibiendo entrenamiento.
Además de observar la forma en que el Programa del Convenio con MCC ha ayudado a incrementar el ingreso en la zona rural de Honduras, también pude observar el potencial del proyecto de la Carretera CA-5 Norte para proporcionar un crecimiento duradero y positivo al sector transporte de Honduras. La Carretera CA-5 atraviesa montañas y los trabajos de construcción implican la ejecución de cortes y rellenos orientados a crear un trazo carretero amplio, seguro y moderno. Los nuevos trazos tendrán una mejoría duradera. La pavimentación de carreteras secundarias también traerá muchas ventajas en el largo plazo para las comunidades locales.
Otra de las aportaciones finales de este Programa que merece ser comentada es el desarrollo de capacidad instalada. Dado que este aspecto tiende a ser intangible, el mismo constituye uno de los beneficios más difíciles de comunicar. A partir de conversaciones, estuvo claro para mí que el personal de MCA-Honduras siente que el Programa ha beneficiado su experiencia y la de otras instituciones involucradas. Las pequeñas donaciones dirigidas a instituciones locales han resultado en obras impresionantes sobre control biológico de plagas y sobre desarrollo de nuevos tipos de café (los programas están estrechamente ligados con el incremento del ingreso rural), y también se ha introducido tecnología renovable, tal como el uso de norias para producir hidroenergía para la operación de sistemas de riego.
Muchos de los hondureños que conocí expresaron que las políticas de reasentamiento del Programa han establecido un nuevo estándar en Honduras, y algunos ven esto como un “cambio en las reglas de juego” para futuros programas de reasentamiento. Es evidente que el proceso y los mecanismos de protección aplicados por el Programa han beneficiado a las comunidades afectadas y han constituido un ejemplo de buenas prácticas. Aún queda por ver si este ejemplo se convierte en una práctica en el futuro, pero las autoridades se muestran impresionadas por la experiencia de MCC.
Una buena gestión siempre está detrás de la mayoría de los programas exitosos, y la experiencia de MCC en Honduras no es la excepción. El equipo de MCC en Honduras y la Cuenta del Milenio-Honduras han desarrollado una relación sólida y profesional para la identificación y solución de problemas. Estoy orgulloso de lo que se ha logrado y puedo describir el Programa como un éxito.
Muchos de los participantes han utilizado el incremento en sus ingresos para mejorar sus fincas y hogares, así como para comprar motocicletas o carros y, en algunos casos, camiones para transportar su producto. Los signos de prosperidad fueron visibles en las comunidades que visité. Los proyectos de Transporte y Desarrollo Rural están claramente ligados entre sí. Para facilitar el traslado de los productos al mercado, los caminos están siendo mejorados en áreas productivas donde muchos de los productores están también recibiendo entrenamiento.
Además de observar la forma en que el Programa del Convenio con MCC ha ayudado a incrementar el ingreso en la zona rural de Honduras, también pude observar el potencial del proyecto de la Carretera CA-5 Norte para proporcionar un crecimiento duradero y positivo al sector transporte de Honduras. La Carretera CA-5 atraviesa montañas y los trabajos de construcción implican la ejecución de cortes y rellenos orientados a crear un trazo carretero amplio, seguro y moderno. Los nuevos trazos tendrán una mejoría duradera. La pavimentación de carreteras secundarias también traerá muchas ventajas en el largo plazo para las comunidades locales.
Otra de las aportaciones finales de este Programa que merece ser comentada es el desarrollo de capacidad instalada. Dado que este aspecto tiende a ser intangible, el mismo constituye uno de los beneficios más difíciles de comunicar. A partir de conversaciones, estuvo claro para mí que el personal de MCA-Honduras siente que el Programa ha beneficiado su experiencia y la de otras instituciones involucradas. Las pequeñas donaciones dirigidas a instituciones locales han resultado en obras impresionantes sobre control biológico de plagas y sobre desarrollo de nuevos tipos de café (los programas están estrechamente ligados con el incremento del ingreso rural), y también se ha introducido tecnología renovable, tal como el uso de norias para producir hidroenergía para la operación de sistemas de riego.
Muchos de los hondureños que conocí expresaron que las políticas de reasentamiento del Programa han establecido un nuevo estándar en Honduras, y algunos ven esto como un “cambio en las reglas de juego” para futuros programas de reasentamiento. Es evidente que el proceso y los mecanismos de protección aplicados por el Programa han beneficiado a las comunidades afectadas y han constituido un ejemplo de buenas prácticas. Aún queda por ver si este ejemplo se convierte en una práctica en el futuro, pero las autoridades se muestran impresionadas por la experiencia de MCC.
Una buena gestión siempre está detrás de la mayoría de los programas exitosos, y la experiencia de MCC en Honduras no es la excepción. El equipo de MCC en Honduras y la Cuenta del Milenio-Honduras han desarrollado una relación sólida y profesional para la identificación y solución de problemas. Estoy orgulloso de lo que se ha logrado y puedo describir el Programa como un éxito.
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