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Celeste Andino / Honduras, Nación y Mundo
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viernes, 11 de octubre de 2013

AMNESIA por Luis Cosenza Jiménez


Según lo que leo, un grupo de compatriotas está dispuesto a votar por doña Xiomara Castro de Zelaya, la esposa de don Manuel. Dado que ella gobernaría con el apoyo de don Manuel y del grupo que acompañó a este en su caótico y pésimo gobierno, solo cabe pensar que se trata de un caso de amnesia colectiva.  Permítanme explicar por qué.
Como se trata del mismo equipo, es razonable suponer la misma conducta y el mismo desempeño que presenciamos en el gobierno de don Mel, incluyendo los espectáculos bochornosos protagonizados por beodos e histriones.  En efecto, volveríamos al tiempo de la changoneta, del despilfarro de los recursos del pueblo para que don Mel pueda volar “patas arriba” (sic), y al espectáculo chabacano de caballos y motocicletas Harley Davidson.  Puesto de otra forma, volveremos a ser el hazmerreir de la comunidad internacional.
Peor aún.  En el ámbito económico a don Mel le tocó gobernar en un ambiente de riqueza.  La Administración Maduro logró la condonación de la deuda y saneó las finanzas públicas.  Dejó en marcha, y en cumplimiento, un programa con el Fondo Monetario Internacional que la Administración Zelaya incumplió casi inmediatamente después de tomar posesión.  Luego negoció otro programa con el Fondo que nuevamente incumplió.  De hecho, durante su campaña, y en presencia de varios de nosotros, prometió espontáneamente al Fondo que tomaría una importante medida, y luego hizo todo lo contrario.  En pocas palabras, don Mel y su equipo económico carecen en absoluto de credibilidad a los ojos del Fondo y de los organismos financieros internacionales.  Por otro lado, mucho se ha dicho en cuanto a dilapidar los fondos para el combate a la pobreza.  En efecto, nadie parece saber qué pasó con esos recursos.  Pero el colmo de la irresponsabilidad se alcanzó cuando don Mel violó la Constitución al negarse a presentar un proyecto de presupuesto para el 2009 al Congreso.  Si la gestión económica de don Mel fue caótica, irresponsable y deficiente en época de bonanza, ¿qué podríamos esperar en una situación como la que ahora vive el país?  Si le tocara negociar un programa con el Fondo, como seguramente tendrá que hacerse en el próximo gobierno, ¿qué credibilidad tendría cualquier propuesta que provenga de un gobierno ligado a don Mel?  Más aún.  Cualquier propuesta que se presente seguramente tendría un profundo contenido populista, lleno de medidas fallidas de gobiernos fracasados, que no serviría para alcanzar un acuerdo con el Fondo. Lo que seguramente viviremos será una profunda crisis económica, con alta inflación y devaluación, con una marcada disminución de la inversión y con una profundización del desempleo.
Por otro lado, ya don Mel nos mostró su desdeño por las instituciones y su afán de “mandar”.  Tratará nuevamente de someter los otros dos poderes del Estado a sus caprichos.  Recuerde, estimada lectora, su empeño por trastocar la lista de candidatos presentada por la Junta Nominadora para integrar la Corte Suprema de Justica.  Llegó al extremo de amenazar al Congreso con sacar las tanquetas si no se cedía frente a su tozudez.  Ahora sería todavía peor.  Buscará someter también a las Fuerzas Armadas para así, según él, evitar que se repitan los eventos del 2009.  En resumen, viviremos continuamente un ambiente de crisis institucional nada propicio para la sana conducción de la economía y para la inversión.
Cabe recordar también el incremento de la corrupción, planteada en el 2006 por los indicadores que utiliza la Cuenta del Milenio. Recuerdo que en aquel entonces quien fungía como Ministro de la Presidencia chabacanamente dijo que los indicadores medían el desempeño del último año de la Administración Maduro. Pero esto fue desmentido por el propio Embajador de Estados Unidos quien confirmó que los indicadores medían el primer año de la Administración Zelaya.  También debe mencionarse el incremento en los vuelos de avionetas que aterrizaban en pistas clandestinas.  En resumen, deberíamos esperar el recrudecimiento de la corrupción y de los vuelos clandestinos. Solo recuerde, estimado lector, el espectáculo de la carretilla saliendo del Banco Central.
En cuanto a seguridad, la Administración Zelaya demostró ser absolutamente incapaz de hacerle frente al crimen organizado. Ahora, en su afán por marginar las Fuerzas Armadas, nos dicen que las enviarán de regreso a sus cuarteles, lo cual nos garantiza que en el combate a la delincuencia su desempeño sería peor que antes.
Don Mel y sus cofrades creen firmemente que se legisla en las calles.  Si pierden, gritarán fraude y saldrán a las calles a pintarrajear y destruir.  Si ganan, como no tendrán control del Congreso, usarán las turbas para presionar y así lograr sus metas. Como controlarían la policía, y habrían mandado a los militares a sus cuarteles, no habrá quien controle las turbas.  En pocas palabras, la participación de don Mel en política nos garantiza el imperio del desorden y el caos.  Ya lo vivimos antes, pero ahora será peor, especialmente si doña Xiomara resultara electa.
No en vano se dice que el humano es el único animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra.  Parafraseando a Alberto Cortés, ya se escucha que están “engrasando los ejes de la carreta”.  Dios quiera que esos compatriotas que manifiestan su intención de votar por doña Xiomara y don Mel despierten de su amnesia colectiva.

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