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Celeste Andino / Honduras, Nación y Mundo
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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Palabras del Secretario Adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental Arturo Valenzuela

Tegucigalpa, Honduras - 6 de diciembre de 2010


Buenas tardes. Estoy de regreso nuevamente en Honduras. Para mí es un enorme placer estar aquí con ustedes.  La última visita que tuve fue en enero de este año. Mi visita esta vez ha sido corta pero muy sustantiva y he tenido la oportunidad de conversar con el Presidente Lobo, con el Canciller Mario Canahuati, con el Presidente del Congreso Nacional Juan Orlando Hernández, el Ministro de Planificación Arturo Corrales, el Presidente de la Corte Suprema Jorge Alberto Rivera, el Fiscal General Luis Alberto Rubí, la Fiscal Especial de Derechos Humanos Sandra Ponce, y una gran variedad de líderes civiles, políticos y representantes de la comunidad de derechos humanos.  Tengo el más alto concepto por el excelente trabajo que el Embajador Hugo Llorens, que está aquí conmigo, está haciendo aquí en Tegucigalpa, y en Honduras. La verdad que para mí es un enorme placer estar con él porque ha hecho una labor extraordinaria junto con su equipo aquí en este país. Del difícil período del cual Honduras ha emergido, el Embajador Llorens y el personal de la Embajada se han convertido en un referente importantísimo para ayudar a mi país a entender los eventos ocurridos en esta hermosa tierra, y nos ha ayudado a colaborar para que Honduras se recupere de la ruptura del orden constitucional que ocurrió el año pasado.

Como  ustedes saben, mi visita tiene lugar en un momento en que la atención del mundo está enfocada en las acciones inescrupulosas de un pequeño  círculo de individuos que han buscado dañar a los Estados Unidos y sus buenas relaciones con muchos de nuestros amigos y aliados al filtrar comunicaciones privilegiadas.  Sobre la base de las conversaciones que he sostenido hoy, me doy cuenta que en Tegucigalpa tengo confianza  de que tenemos amistad entre nuestros dos países y la determinación de construir una relación fuerte y duradera que no se verá afectada por cualquier infidencia de las comunicaciones diplomáticas.

Honduras ha logrado grandes avances desde mi última visita durante la toma de posesión del Presidente Lobo.  Él y su gobierno están contribuyendo para que este país progrese.  Ellos han buscado la reconciliación nacional y el camino de la  democracia restaurada.  Ellos han comenzado a fortalecer la transparencia e insistido en la responsabilidad de las instituciones del país hacia el pueblo de Honduras.  Han tomado medidas para restaurar la estabilidad macroeconómica y han establecido las bases para generar empleos y crecimiento.  Especialmente importante es el hecho que ellos han tomado medidas concretas para fortalecer el respeto a los estándares de derechos humanos y la protección de todos los hondureños.  Ellos están buscando mejorar la seguridad ciudadana a través de la aplicación de la ley y la administración de la justicia, así como un nuevo énfasis en la prevención y el trabajo con jóvenes en riesgo.

Estoy consciente que el esfuerzo de reconciliación nacional es complicado, difícil,  y que el legado de la polarización política no desaparecerá de la noche a la mañana, pero el gobierno del Presidente Lobo ha demostrado paciencia y buena voluntad para propiciar el diálogo con todos los sectores de la sociedad.  La inmensa mayoría de hondureños desean que el país progrese.  Los hondureños quieren estabilidad, progreso en el combate contra la corrupción, crecimiento económico, oportunidades, respeto a sus derechos humanos, y una Honduras más segura.  Para enfrentar estos retos Honduras puede contar con los Estados Unidos como su amigo y su aliado.  Nos sentimos muy complacidos al ver que las relaciones de Honduras con la mayoría de sus aliados tradicionales en este hemisferio, en Europa y en Asia, se han restaurado.

Sin embargo, aún no nos podemos sentir del todo satisfechos.  Estados Unidos comparte con la comunidad internacional su preocupación respecto a la situación de los derechos humanos y la impunidad en Honduras.  El asesinato de periodistas y otros abusos deben ser resueltos y los responsables de los abusos a los derechos humanos deben ser capturados y castigados.  Esto debe servir como ejemplo de que el gobierno está tomando acciones concretas y que la impunidad sencillamente no será tolerada.  De igual manera, la aplicación de medidas enérgicas contra la corrupción enviará una señal positiva a los inversionistas y abrirá las puertas para la creación de empleos, para la prosperidad, y para iniciar, y restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones del Estado.  La reconciliación nacional avanzará aún más cuando Honduras sea capaz de resolver el asunto del retorno del ex Presidente Zelaya para que el país pueda recobrar su lugar en la O.E.A. 

No obstante, se ha logrado mucho, y he podido percibir el gran compromiso de este gobierno, y el gran compromiso de las muchas personas con las cuales he conversado en estos días aquí en Honduras por la senda de la reconciliación, el mejoramiento de las salvaguardas a los derechos humanos, y la recuperación económica.  Espero que el próximo año nuestros dos países continúen trabajando juntos y en colaboración sobre problemas bilaterales y regionales, así como una colaboración mucho más  estrecha par ir viendo cómo podemos juntos ayudar mejorar las vidas de los hondureños.  Por lo tanto me voy con una impresión positiva y con una renovada dedicación muy personal para promover las alianzas y la cálida cooperación que caracterizan una vez más las relaciones entre este bello país y los Estados Unidos.

Muchas gracias. 

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