Nueva York, EE.UU. – Genaro García Luna, el ex secretario de Seguridad Pública de México y una de las figuras más influyentes en la lucha contra el narcotráfico durante la presidencia de Felipe Calderón, fue condenado este miércoles a 38 años y 8 meses de prisión por un tribunal de Nueva York. La sentencia, emitida por el juez Brian Cogan, cierra un proceso judicial que inició en 2019 y que ha conmocionado tanto a México como a Estados Unidos.
García Luna, de 56 años, fue encontrado culpable de cinco cargos en enero de 2023, incluyendo conspiración para distribuir cocaína, pertenencia a una organización criminal y falsificación de documentos. Durante el juicio, que duró cinco semanas, se presentaron pruebas de su colaboración con el cartel de Sinaloa, dirigido en ese momento por Joaquín "El Chapo" Guzmán. Entre las acusaciones más impactantes estuvo la afirmación de que García Luna aceptó millones de dólares en sobornos a cambio de facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, revelando información confidencial a los narcotraficantes y ayudando a eliminar a sus rivales.
Un ascenso meteórico en la seguridad mexicana
Genaro García Luna, ingeniero de profesión, comenzó su carrera en 1989 cuando fue reclutado como investigador para el desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la agencia de inteligencia de México. En esos primeros años, se especializó en la vigilancia de grupos guerrilleros y el combate al secuestro, ganando reconocimiento por la liberación de importantes figuras secuestradas. Este éxito lo catapultó a posiciones clave dentro de las fuerzas de seguridad mexicanas, liderando primero la Policía Federal Preventiva y luego la Agencia Federal de Investigación (AFI), dos instituciones que posteriormente desaparecieron.
En 2006, al inicio del gobierno de Felipe Calderón, García Luna fue nombrado secretario de Seguridad Pública, donde fue el principal arquitecto de la polémica "guerra contra el narcotráfico". Esta estrategia incluía el uso intensivo del ejército para combatir a los cárteles, lo que resultó en un periodo de extrema violencia en el país. Entre 2006 y 2012, México vio una escalada en la confrontación con el crimen organizado, con más de 250,000 muertos y un ambiente generalizado de inseguridad.
Vínculos con el cartel de Sinaloa
Mientras García Luna encabezaba la lucha del gobierno contra el narcotráfico, según la Fiscalía estadounidense, también mantenía estrechos lazos con el cartel de Sinaloa. Durante el juicio, varios testigos, incluyendo antiguos miembros de ese cartel, testificaron que le entregaban maletas con millones de dólares en efectivo a cambio de protección. Uno de estos testigos afirmó haberle dado al menos 6 millones de dólares entre 2005 y 2007.
Los fiscales estadounidenses sostienen que García Luna brindó información estratégica al cartel sobre operativos de seguridad, permitió el libre tránsito de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y colocó a otros funcionarios corruptos en posiciones clave para facilitar las operaciones del cartel. Estas acciones, según la Fiscalía, convirtieron al exfuncionario en un colaborador esencial de la organización criminal.
De héroe a villano
La caída de García Luna fue tan espectacular como su ascenso. Tras el fin del mandato de Calderón en 2012, García Luna se mudó a Florida, EE.UU., donde mantuvo un perfil bajo hasta su arresto en diciembre de 2019 en Texas. Las autoridades estadounidenses lo acusaron de conspiración para traficar drogas y de mentir en su solicitud de ciudadanía estadounidense en 2018, donde omitió sus actividades ilícitas.
El juicio de García Luna en Nueva York fue visto como una extensión del proceso contra Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien fue sentenciado a cadena perpetua en 2019. El juez Brian Cogan, quien presidió ambos casos, escuchó numerosos testimonios que detallaban la relación entre el exsecretario de Seguridad y el cartel de Sinaloa.
Una sentencia histórica
La condena de 38 años y 8 meses, junto con una multa de 2 millones de dólares, marca un hito en los esfuerzos para combatir la corrupción vinculada al narcotráfico en las más altas esferas del poder. Aunque García Luna ha mantenido su inocencia y ha negado todas las acusaciones, el juez Cogan fue contundente al dictar la sentencia, señalando el daño masivo causado por sus acciones.
Este caso ha generado gran controversia en México, donde muchos ven en García Luna el símbolo de una política fallida en la lucha contra el crimen organizado. Durante años, García Luna fue presentado como uno de los funcionarios más poderosos y eficaces del país, pero su condena revela el oscuro entramado de corrupción que permeaba la guerra contra el narcotráfico.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas han solicitado la extradición de García Luna para enfrentar otros cargos relacionados con corrupción y malversación de fondos en su país. Sin embargo, se espera que el exfuncionario pase el resto de su vida en una prisión estadounidense, poniendo fin a una de las carreras más controvertidas de la historia reciente de México.
Un legado bajo la sombra del narcotráfico
Genaro García Luna, quien en su momento fue el rostro de la lucha contra el narcotráfico en México, hoy se encuentra tras las rejas, condenado por colaborar con el mismo enemigo que prometió derrotar. Su caso ha dejado al descubierto las profundas raíces de la corrupción en las instituciones de seguridad mexicanas y ha puesto en entredicho las estrategias empleadas durante la llamada "guerra contra el narco".
Cargos contra García Luna
En total, García Luna fue acusado de cinco cargos graves:
- Conspiración para distribuir cocaína en EE.UU.: García Luna fue encontrado culpable de facilitar el tráfico de toneladas de cocaína hacia EE.UU., en complicidad con el cartel de Sinaloa.
- Conspiración para distribuir y poseer con la intención de distribuir cocaína a nivel internacional: Este cargo amplió el alcance de sus actividades, revelando que no solo facilitó la entrada de droga a EE.UU., sino que también colaboró en operaciones internacionales.
- Conspiración para importar cocaína: García Luna fue acusado de ser parte de un esquema que permitió la importación de grandes cantidades de cocaína en complicidad con narcotraficantes.
- Pertenencia continuada a una organización criminal: La Fiscalía sostuvo que García Luna actuó como miembro del cartel de Sinaloa, utilizando su posición para proteger las actividades criminales de esta organización durante más de una década.
- Falsificación de declaraciones: Se le acusó de haber mentido a las autoridades estadounidenses en su solicitud de ciudadanía en 2018, ocultando sus vínculos con el narcotráfico y sus actividades ilícitas previas.
La gravedad de estos cargos, sumados a los testimonios y pruebas presentadas durante el juicio, resultaron en una condena histórica que marcará el futuro de la lucha contra la corrupción en México y la cooperación entre ambos países en la persecución del crimen organizado.
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