Hoy, el Gobierno de los Estados Unidos públicamente identifica a Carlos Lobo como un importante narcotraficante extranjero, o “cabecilla de drogas”, conforme a la Ley de los Estados Unidos para la Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico.
Esta acción confisca todos los bienes en los Estados Unidos y le bloquea y a sus negocios el uso del sistema financiero estadounidense. Esta acción es otro ejemple de la fuerte y continua cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y Honduras en la lucha en contra de narcotraficantes.
La confiscación de los activos ilícitos de narcotraficantes y la restricción de su acceso a sistemas financieros se han comprobado como herramientas efectivas en la interrupción y desmantelamiento de organizaciones criminales y evitan que ellos disfruten de su patrimonio mal habido.
Instituciones e individuos involucrados en narcotráfico o que instigan o contribuyen en la comisión de delitos por parte de organizaciones criminales comparten la responsabilidad por la violencia y destrucción que estos grupos han ocasionado al pueblo hondureño, y creemos que ellos deben responder por sus crímenes.
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