Por Emilio Santamaría S.
7 de Octubre de 2017
7 de Octubre de 2017
¿Tiene
usted los dos brazos del mismo largo? Haga la prueba, estírelos y compruébelo.
Seguramente uno de ellos es ligeramente más grande. Desde luego, la diferencia
es tan pequeña que sólo los doctores, en ocasiones, repararán en ella.
Sin embargo de Ed Furgol no se podía decir lo
mismo. En realidad tenía veinticinco centímetros más corto el brazo izquierdo.
Todo ocurrió cuando él tenía unos diez años.
Era un
muchacho sumamente inquieto, se meció en un columpio con tal violencia que
salió disparado y fue a caer en la acera de cemento con su codo izquierdo. Los
doctores hicieron lo posible, pero finalmente Ed se encontró con un brazo
veinticinco centímetros más corto.
Imagine
usted el golpe sicológico que esto representó para un niño de esa edad. ¿Qué
fue lo que hizo triunfar a este muchacho “a pesar de ese obstáculo”? ¡Nada
menos que el entusiasmo! Pero no un entusiasmo general, lo que suele diluirse
sin resultados.
Sino
un entusiasmo específico, lo que al concentrarse 0pera maravillas. Ed se entusiasmó por
el golf,
deseaba ser campeón nacional. Muchos pensaron que era un idealista patético y
trataron de disuadirlo.
Pero Ed era obstinado, y tenía una fórmula de
la cuál usted y yo deberíamos aprender. La fórmula es sencilla: pensar en “como…” en lugar de pensar en “si…”.
Es
decir, concentrarse en la solución del problema, en lugar de concentrar sus
energías en lamentarse por los acontecimientos pasados.
No
pensó en “si no hubiera hecho eso…”. Enfocó su energía mental a pensar “Cómo
puedo superar el problema…” Perfeccionó sus movimientos de tal manera que ponía
toda la fuerza del cuerpo en la tirada. Y el jovencito de brazo más corto, resulto
el nuevo campeón nacional de los Estados Unidos.
¿Cuál es su brazo más corto? “Si hubiera tenido más educación…Si mis padres no hubieran sido tan duros e incomprensivos…” Cambie a pensamientos positivos: “¿Cómo puedo compensar mi falta de educación? ¿Cómo puedo valer más? ¿Cómo puedo honestamente aumentar mis ingresos? Yo sé que cuesta trabajo pensar así, pero le aseguro que vale la pena.
¿Cuál es su brazo más corto? “Si hubiera tenido más educación…Si mis padres no hubieran sido tan duros e incomprensivos…” Cambie a pensamientos positivos: “¿Cómo puedo compensar mi falta de educación? ¿Cómo puedo valer más? ¿Cómo puedo honestamente aumentar mis ingresos? Yo sé que cuesta trabajo pensar así, pero le aseguro que vale la pena.
Lo Negativo:
Ocupar
el tiempo precioso de nuestra vida en los suspiros del “Sí…”, rindiéndonos a
las adversidades.
Lo Positivo:
Convertirnos en solucionadores, en modificadores de las situaciones que
no nos agraden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario