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Celeste Andino / Honduras, Nación y Mundo
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miércoles, 14 de abril de 2021

Los Profetas del Desastre


 


Finalizaba el siglo diecinueve, cuando el jefe de la oficina de patentes de los Estados Unidos hizo una proposición muy especial. Pidió que se cerrara la dependencia que dirigía, porque a su juicio, “todo artefacto o sistema que valiera la pena, ya se había inventado”. Seguramente se iría de espaldas si supiera que actualmente se presentan en demanda de patente, diariamente, entre mil y mil quinientas solicitudes y hay una lista de 250,000 en trámite. La falta de visión de este hombre es más común de lo que imaginamos.

 
Vivimos una época de grandes avances tecnológicos. Hoy nos comunicamos por celulares hablando por WhatsApp y la palabra inglesa email ha pasado a ser de uso corriente entre nosotros. Trabajamos, damos y recibimos comunicaciones, todo ello en plataformas como Zoom, Webex o Microsoft Teams. La empresa General Foods afirma que la mitad de sus ventas actuales proceden de productos que no existían hace diez años.
 
¡Creatividad del primer mundo! dirá usted, aquí somos simples imitadores. Permítame explicarle, sé de personas que privadas de su empleo por la pandemia, han iniciado los más diversos negocios y están prosperando. Conozco el caso de un campesino en Nicaragua que desarrolló una maquinita para desgranar mazorcas de maíz, mucho más rápido y fácil. Y en el Valle del Aguan, en Honduras, me consta que hay decenas de ejemplos de ideas prácticas, desarrolladas que agilizan y mejoran la producción de banano y palma africana.
 
Y en el sur, también en Honduras, las ideas de la gente de Agrolíbano producen melones tan eficazmente, que pueden exportarlo en mercados lejanos con mucho éxito.
 
Deberíamos cuidarnos mucho de no atacar el espíritu creador de los demás. Nunca debe menospreciarse alguna idea cuando surge. Déjela florecer y probarse en la práctica. Es posible que se sorprenda con los resultados. Y esto incluye nuestras propias ideas.
 
LO NEGATIVO: 
Convertirnos en profetas del desastre asegurando que las ideas no funcionaran.
 
LO POSITIVO: 
Sentir y demostrar respeto por las ideas de los demás. ¡Y por las propias!

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