Por Emilio Santamaría S.
Fue Abraham Lincoln el que
escribió: “Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”.
Pero ¿funcionará esto cuando se afrontan dificultades? Dale
Carnegie nos cuenta en su libro “Cómo Ganar Amigos”, que un día encontró en las
escaleras del subway en Nueva York un grupo de treinta y cuatro niños inválidos.
Usaban bastones y muletas para salvar trabajosamente las
escaleras. Uno incluso tenía que ser llevado en brazos. Lo que asombró al
famoso escritor fue la alegría y las risas de todos ellos.
“Sentí deseos de quitarme el sombrero frente a aquellos niños. Me
enseñaron una lección que espero no olvidar” dijo. El profesor Carnegie no
resistió la tentación y habló con uno de los hombres que están a cargo de los
niños.
“Ah, sí -le dijo- cuando un niño comprende que va a ser inválido
toda la vida, queda asombrado en un principio; pero, después de transcurrir ese
asombro, se resigna generalmente a su destino y llega a ser más feliz que los
niños normales.
La conclusión es clara: no
es lo que tenemos o lo que somos o donde estamos o lo que realizamos, nada de
eso, lo que nos hace felices o desgraciados, es lo que pensamos acerca de todo
ello.
Shakespeare escribió: “Nada es bueno o malo, sino que el
pensamiento es lo que hace que las cosas sean buenas o malas”. He visto
personas que lo tenían todo, desde salud hasta dinero y belleza, y sin embargo
eran profundamente infelices.
Se amargaban por cosas
insignificantes como la falta de un saludo amable o lo que ellos pensaban que
era una mala mirada de alguien. Sí, dos personas pueden estar en el mismo
sitio, haciendo lo mismo; ambas pueden tener sumas iguales de dinero y
prestigio, y sin embargo una es feliz y la otra no.
¿Por qué? Se pregunta Dale Carnegie. Y él mismo contesta: “Por una
diferente actitud mental.” Sí, pienso que nuestra actitud mental es el Factor X
que determina nuestro futuro.
En apoyo a esto permítame citar
nuevamente a Dale Carnegie: “Todo mundo busca felicidad, y hay un medio seguro
para encontrarla. Consiste en controlar nuestros pensamientos.
La felicidad no depende de condiciones externas, depende de
condiciones internas”.
LO
NEGATIVO: Dejar que nuestros pensamientos nos empujen a la infelicidad.
LO
POSITIVO: Usar nuestros pensamientos para provocar, a propósito, nuestra
felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario