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lunes, 26 de marzo de 2018

¿Es usted impaciente?



Por Emilio Santamaría S.


Si revisamos el pasado de nuestras familias, casi seguro que llegamos a esa generación en que se ganaban la vida sembrando la tierra.

¿Qué ocurrió cuando nuestros antepasados emigraron a la ciudad?  Se fueron olvidando de ciertas leyes naturales. Por ejemplo, ellos sabían que debían ser pacientes. A nadie se le ocurría pararse frente a la semilla recién sembrada y apresurarla gritándole ¡Crece, por Dios, crece!

 Los agricultores han sabido desde siempre lo necesaria que es la paciencia, que es la ciencia de la paz.  ¿Quiere un ejemplo extremo? Veamos el cultivo del bambú japonés. Se siembra la semilla, se abona y se riega adecuadamente. Durante los primeros siete años no parece ocurrir nada.

 Cualquier inexperto pensaría que la semilla utilizada, no era fértil. Pero no es así. A los siete años, en solo seis semanas, la planta crece y crece, más allá de los 30 metros.

 La pregunta es, ¿tardó sólo seis semanas en crecer? Los expertos nos dicen que no, que tardó siete años y seis semanas en desarrollar esa estupenda altura. Y afirman que, en los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estuvo generando un complejo sistema de raíces que le permitirá sostener bien, ese formidable y rápido crecimiento.

 El escritor Og Mandino solía decir que mucha gente hoy en día es tan impaciente que quiere un éxito instantáneo. Quieren subir por el ascensor desechando las escaleras. Contrario al bambú japonés, no dedican suficiente tiempo al desarrollo interno, quieren solamente crecer rápido. Desean levantar altura en la vida, pero no hay raíces que los sustenten. Olvidan esos impacientes que el éxito es el resultado de una preparación perseverante y sostenida.

Hay momentos cuando estamos a punto de claudicar porque no vemos a mano el éxito anhelado. Es ahí donde deberíamos recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, así comprenderemos que el tiempo en que nos estamos preparando, está bien empleado porque estamos creciendo interiormente. Así el crecimiento exterior vendrá y alcanzará alturas insospechadas.

LO NEGATIVO: Sucumbir a la falsa pretensión de ese éxito instantáneo, que suele derrumbarse rápidamente.
LO POSITIVO: Comprender que hay sabiduría en dedicar tiempo al crecimiento interior como preámbulo para alcanzar un pleno desarrollo.

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