Cuentan que una noche estaba Diógenes cenando un plato de lentejas, cuando se acercó a él Aristipo, que vivía muy confortablemente a base de adular al rey. “Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas” sentenció Aristipo. “Si tu hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”, le contestó Diógenes. La adulación ha sido a través de los tiempos un arma para conquistar favores y prebendas. Ha dado resultado en incontables casos de la historia. Sin embargo, usted estará de acuerdo conmigo en que es un arma deleznable.
En el bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México, se encuentra un busto del General Álvaro Obregón. Este hombre que fue el vencedor de Pancho Villa en el campo de batalla, que perdió un brazo en el fragor de esas escaramuzas y que más tarde fue presidente de la República, tenía una frase favorita que justamente está escrita bajo su efigie en Chapultepec: “No temas a los enemigos que te atacan, teme a los amigos que te adulan”.
¿Cómo murió el General Obregón? Asesinado por un hombre que se coló en una reunión de amigos que festejaban su postulación a la reelección. ¿Cómo se introdujo este hombre burlando la tremenda seguridad que rodeaba al General? Mostrando una caricatura que había hecho sobre Don Álvaro, y que lo exaltaba casi a la altura de un semi dios. Un diputado, que vio en la caricatura una forma de adular al jefe, lo llevó a su presencia, y el asesino aprovechó para sacar su arma y ultimarlo. Tenía razón el General Álvaro Obregón, sobrevivió a múltiples batallas contra sus enemigos, peleó con algunos de ellos ferozmente por el poder, y lo alcanzó. Pero fue un amigo, dispuesto a adularlo quien le atrajo la muerte.
¿Pero cuál será la diferencia entre adulación y elogio? Dale Carnegie nos recomendó ser totalmente sinceros al elogiar a los demás, usando sus cualidades verdaderas. Pero nos advirtió acerca de no caer en la falsa adulación. Nos dice en su libro Cómo Ganar Amigos: “¡No! ¡No recomiendo la adulación! Lejos de ello, hablo de una nueva forma de vivir”.
LO NEGATIVO: Utilizar la adulación como una fingida forma de granjearnos favores y prebendas.
LO POSITIVO: Hacernos el firme propósito de no dar ni recibir adulación. Considerarla dinero falso que no debe circular.
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