Hace años mi hermano mayor y
yo estudiamos en el Colegio Vocacional de Montemorelos, a ochenta kilómetros de
Monterrey, en México. Recuerdo con cariño los incidentes de mi vida de
estudiante.
Siento nostalgia por
aquellos años vividos en las aulas y en los cuartos del dormitorio. Hubo muchos
incidentes que enriquecieron mi vida. No todos ellos fueron gratos, pero el
tiempo todo lo suaviza y hoy me hacen sonreír.
Recuerdo a Daniel, un compañero que era el clásico matasiete que
se imponía a todos por la fuerza bruta y la prepotencia. Sin embargo una noche
recibió una tremenda lección.
Se quedó dormido mientras
los demás platicabamos interminablemente. A alguien se le ocurrió la idea,
apagamos la luz y el dormitorio quedó totalmente a oscuras. Todos seguimos platicando
animadamente.
No recuerdo ya quien lo despertó violentamente y el pobre
Daniel, oyendo la plática y no pudiendo ver nada ¡creyó que había quedado
ciego! Todavía puedo recordar con gran claridad los gritos angustiados del
bravucón del internado.
Cuando finalmente, y en medio de las carcajadas de todos, se
encendió la luz, Daniel tenía la cara llena de lágrimas. ¿Por qué su valor
desapareció tan súbitamente? Al no percibir la realidad, equivocadamente se
angustió al creer haber perdido la vista.
Hay mucha gente cuya
percepción de la realidad es tan equivocada, que se les podría decir
acertadamente que “viven completamente engañados”.
Como el estudiante que hace trampa en el examen sin darse cuenta
que al tiempo lo importante será el conocimiento, no esa fraudulenta
calificación. ¿Y el jefe que solamente ve los defectos, no la capacidad
potencial de sus subalternos? No percibe que necesita habilidad para dirigirlos
en lugar de solamente mandarlos.
O aquel empleado que achacando su pobre desempeño a lo poco que
gana, trabaja muy por debajo de su verdadera capacidad, sin desarrollar así los
hábitos que lo harán más valioso y le permitirían incluso cambiar de empleo y
ganar más. Sí, hay mucha gente que no percibe la realidad, viviendo
mediocremente, cuando en verdad es gente valiosa que debería ser realmente
exitosa.
Lo Negativo:
Vivir auto engañados respecto a nuestro potencial latente sin incrementar.
Lo Positivo:
Tener visión para desarrollar ese potencial, y vivir así más intensamente y mejor.
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